💉Anticoagulación en el embarazo, lo que me habría gustado saber

Debido a un tromboembolismo pulmonar que tuve en 2019, durante mi embarazo tuve que estar anticoagulada desde la semana 7 hasta casi el final (el tiempo exacto lo define tu médico). En ese momento tuve muchas dudas y encontré muy pocas respuestas. Con el tiempo, fui aprendiendo, buscando información y enfrentando cada etapa con lo que tenía a mano.

Después del evento, los médicos me aconsejaron esperar un tiempo prudente antes de buscar un embarazo y me indicaron estudios específicos de sangre cuando estuviera lista para empezar a intentarlo. Fui muy cuidadosa con ambas recomendaciones, porque sabía que necesitaba transitar ese camino con acompañamiento médico y responsabilidad.

Hoy quiero compartirte mi experiencia por si estás pasando por lo mismo —o simplemente quieres entender un poco mejor este tema que tantas veces se vive con incertidumbre.

¿Por qué se indica la anticoagulación en el embarazo?

Durante el embarazo el cuerpo se prepara para evitar hemorragias durante el parto, lo que hace que la sangre tenga una mayor tendencia a coagularse. Esto es completamente normal, pero en algunas personas, ese aumento del riesgo puede ser más alto.

En mi caso, ya tenía un antecedente de tromboembolismo pulmonar, y eso hizo que mi médico ginecobstetra considerara necesario comenzar con un tratamiento anticoagulante desde el inicio del embarazo.

La anticoagulación durante la gestación puede indicarse por diferentes razones: antecedentes personales de trombosis, ciertas condiciones genéticas o incluso situaciones que se presentan durante el mismo embarazo. Siempre es una decisión médica basada en estudios, historia clínica y un análisis muy cuidadoso de riesgos y beneficios.

El tratamiento suele incluir medicamentos que ayudan a prevenir la formación de coágulos. Son seguros para el embarazo cuando se usan bajo supervisión médica, y por lo general se administran mediante inyecciones subcutáneas que pueden formar parte de la rutina diaria por varios meses.

Donde debo ponerme la inyección?

Esto era algo que me generaba muchas dudas y miedo, sin embargo, en el camino tanto mi esposo como yo nos hicimos “expertos”, no sin uno que otro moretón en el camino 😅.

La jeringa y su aguja son delgadas lo que hace que la inyección no sea muy dolorosa (depende del umbral de dolor de cada mamá), en mi caso sentía una leve incomodidad con el pinchazo y un ardor modesto al inyectar el liquido. Yo misma era capaz de ponerme la inyección sin problema, pero me gustaba que lo hiciera mi esposo porque sentía que me dolía menos al no saber el momento exacto del chuzón (tal vez eran ideas mias, o sólo quería que el estuviera a mi lado en cada proceso).

Los anticoagulantes inyectables que se usan durante el embarazo se administran por vía subcutánea, lo que significa que deben aplicarse en la capa de grasa justo debajo de la piel (no en el músculo). Por eso, lo ideal es elegir zonas del cuerpo donde haya un poquito más de grasa, y donde sea fácil “pellizcar” suavemente la piel para aplicar la inyección sin ir demasiado profundo. De todas formas la aguja es cortica lo que garantiza que llegues al punto adecuado.

Las zonas más comunes (y que me recomendó mi medico) fueron:

  • El abdomen: dejando un margen de varios centímetros alrededor del ombligo.
  • La parte superior interna del muslo (el gordito de la entrepierna)
  • El brazo, en la parte trasera (la parte “gordita” del tríceps)

En mi experiencia personal, el abdomen es donde yo lo hacía siempre porque me resultaba más cómodo y me dolía menos. Probé con el brazo y el muslo interno, pero me dolieron mucho más. Cada cuerpo es diferente, pero elegir una zona con más tejido graso y cambiar de lugar de vez en cuando ayuda a evitar moretones y molestias.

Cómo debo ponerme la inyección?

  1. Limpiar el área donde vas a aplicar la inyección con un algodón y alcohol
  2. Pellizcar suavemente la piel, la idea es levantar un poco el tejido graso pero sin tensarlo demasiado.
  3. Inserta la aguja en un solo movimiento, estas agujas son cortas y tienen la longitud justa para llegar donde deben.
  4. Inyecta el medicamento, presionando el émbolo hasta el final, incluida la pequeña burbuja de aire que ayuda a dispersar bien el líquido.
  5. Cuenta hasta 10 antes de retirar la aguja. A mí me funcionaba para asegurarme de que todo el medicamento se absorbiera bien y no se saliera nada.
  6. Retira la aguja suavemente y evita frotar o masajear el área para disminuir la posibilidad de que se forme un hematoma.

Respuestas que obtuve con el tiempo y la experiencia

  • ¿Puedo tener parto vaginal aunque esté anticoagulada? R/ Lo mejor es hablarlo con tu médico, porque depende del tipo de medicación y de cuándo se suspenda. En mi caso, sí podía optar por un parto vaginal. Al acercarse la fecha probable de parto, mi equipo médico planificó la suspensión del medicamento con tiempo suficiente para que mi cuerpo lo eliminara antes de que comenzara el trabajo de parto.
  • ¿Dónde es el mejor lugar para ponerme la inyección? R/ En mi caso, la barriga —dejando siempre un espacio alrededor del ombligo— fue lo que mejor funcionó. Un tip que me ayudó fue ir rotando el sitio en el sentido de las manecillas del reloj, así evitaba pinchar siempre el mismo lugar.
  • ¿Cuándo me crezca la barriga podré seguir poniéndome las inyecciones ahí? R/ Sí, sólo que cuando la barriga ya estaba muy grande y más tensa, me las aplicaba más hacia los costados, en los “gorditos” justo debajo de las costillas o cerca de la cintura.
  • ¿Puedo hacerle daño a mi bebé al ponerme la inyección en la barriga? R/ No. La aguja es muy corta y el bebé está protegido por varias capas de piel, grasa y músculo. Lo que sí notaba era que cuando el pinchazo me dolía, mi bebé se movía… supongo que sentía mi estrés 🤷🏻‍♀️.
  • ¿Por qué a veces me salen hematomas? R/ Porque, sin querer, podía pinchar un vasito sanguíneo. A veces pasaba incluso si todo lo hacía bien. Por eso es importante no frotar ni masajear el área después, y cambiar de lugar cada día para que la piel tenga tiempo de recuperarse.

🧡 Mi experiencia, más allá de las agujas

Si estás atravesando un embarazo con anticoagulación, quiero que sepas que no estás sola. Al principio me asustó un poco la idea de tener que inyectarme todos los días… parecía algo muy complejo. Pero con el tiempo me di cuenta de que era mucho más sencillo de lo que imaginaba.

El apoyo de mi pareja fue fundamental: aunque no le gustaban las agujas, aprendió a ponerme las inyecciones y me acompañó en cada paso y como te conté me dolía menos cuando lo hacía el💕.

Este proceso, que al comienzo me generaba tantas dudas, se volvió parte de mi rutina. Y sobre todo, me recordó que cuando se trata de cuidar lo que más queremos, podemos vencer temores e incertidumbres.

Esto no es un consejo médico, solo mi experiencia como una mamá que pasó por ahí y que no encontró mucha información al respecto. Ojalá que al compartirla, puedas sentirte un poquito más acompañada💛

Pellizca un poco la piel sin tensar demasiado para facilitar el proceso

Cuando la barriguita esté grande lo puedes seguir haciendo mas hacia el costado

Trata de poner la inyección en un lugar diferente cada día, yo lo hacia en el área mostrada a cada lado de la barriga

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